Cuando se observa la
sigla FM, inmediatamente se piensa en la frecuencia modulada, que hoy es una
forma de transmisión extendida por todo el país y que le aporta mayor calidad
al sonido de la radio. En este caso inmediatamente descarté esta posibilidad,
porque en 1928 era totalmente imposible.
Sucedió que la
primera emisora de radio que existió en Pinar del Río comenzó de forma
experimental en 1928, con un equipo de transmisión construido por Francisco
Martínez Rodríguez, quien obtuvo la licencia para operar una planta de radio.
De ahí las siglas de FM, que identificaron a la emisora artesanal, que contó
con la participación de otros miembros de la familia Martínez: los hermanos
Ángel, radiotelegrafista, y Hermógenes, técnico; haciendo las funciones de lo
que después se conoció como locutor, Francisco Martínez Bretau, sobrino del
dueño que, tal vez sin proponérselo, quedó registrado en la historia como la
primera voz radial en Pinar del Río.
Después, en 1930, con
las nuevas regulaciones internacionales y nacionales, la CM-1-FM comenzó a
identificarse como la CMAB,
ya con licencia oficial, y el 21 de febrero de 1931 quedó inaugurada, después
del perfeccionamiento de sus equipos y la ampliación de su radio de acción, que
inicialmente sólo contó con 20 W de potencia. Así nació la radio en Pinar del
Río.
En busca de mejores
condiciones esta radioemisora cambió de domicilio cuatro veces entre 1934 y
1939. En 1934 se ubicó en los bajos del hotel El Globo, donde contó con un
salón para actuaciones. Allí debutó en la radio Miguelito Cuní y su septeto. En
1939 los estudios fueron ubicados en los altos del cine Aida, hoy Praga, lo que
facilitó que la emisora pudiera transmitir en vivo desde el escenario del cine.
Entre los artistas que se presentaron allí figuraron Libertad Lamarque y su
pianista Alfredo Malerva, los mexicanos Jorge Negrete y Pedro Vargas y los
tanguistas Alberto Gómez y Héctor Palacios. Entre los artistas nacionales se
destacaron Ernesto Lecuona, Bola de Nieve, Margarita Lecuona, Sonia Calero,
Zoila Gálvez, Candita Quintana, Tito Gómez y la Riverside, Ramón Veloz.
Germán Pinelli, junto a otros locutores de Pinar, entre ellos Armando García
Otero, quien actuó como animador de aquellas presentaciones.
Durante 1939 la radio
de Pinar del Río, tuvo otras dos locaciones: calle Cabada entre Maceo y Máximo
Gómez, con un modesto radioescenario, que contó en el acto inaugural con Tito
Gómez y la orquesta Riverside y el tenor mexicano Pedro Vargas, y para las
calles Maceo y Rosario, donde pudo contar con una sala teatro de más de
trescientas lunetas, que la convirtió en un centro de cultura importante.
Siendo estudiante de bachillerato, Pedrito Junco era visita asidua a los
estudios. Dicen los que tuvieron la dicha de conocer al autor de ese clásico de
la cancionística, que es Nosotros, que aunque tenía una preciosa voz de
barítono, las canciones que transmitía la radio pinareña eran interpretadas por
Tony Chirolde, acompañado al piano por el autor.
El ingeniero Jorge
Inclán me dijo, que trabajó en la ampliación de la potencia de esta emisora, la
que llegó a alcanzar los 1 000 W en los primeros años de la década de los 40.
Por esta época introdujeron en la programación el ingrediente del teatro
vernáculo, con Pedro Callejas como el negrito y Raúl Eguren en el papel del
gallego. Más tarde el cuadro de comedias se amplió. Además de Raúl Eguren,
alcanzaron talla nacional los actores Tino Acosta, Julio Capote y Julio
Hernández, entre otros. Esta emisora estuvo en el aire durante más de treinta
años, y por encima del sentido de negocio en que devino el propósito altruista
de sus fundadores, la CMAB
jugó un papel de primer orden en la promoción de los mayores valores de la
cultura pinareña y del país.
La CMAC,
fundada en 1931, se identificó como La
Voz del Aire. Desapareció en 1933 para reaparecer en 1943,
pero en el municipio de San Cristóbal. Allí se inició como locutor Juanito
Hernández Díaz, que más tarde fuera locutor de la Radio Nacional,
director de Radio Rebelde y vicepresidente del ICRT a cargo del canal
Cubavisión.
En 1947 surgió la CMAW. Esta radioemisora
comenzó a transmitir en Pinar del Río los programas deportivos, entre ellos, la
liga nacional amateur y la semiprofesional, con los narradores Ramón Corona y
Pedro Jorge Díaz. En 1951 salió al aire la CMAR, y sus programas se fueron adueñando del
dial para competir con la
CMAB. La Palma tuvo desde mediados de 1956 la radioemisora
CMAX, de Jesús Blanco Pí, que más tarde fue trasladada al municipio de Viñales.
Artemisa fue un municipio pródigo en radioemisoras. La primera fue la CMAX, pero ya en 1943
trasladada para Santiago de las Vegas. «Una onda musical en el jardín de Cuba»,
fue el eslogan que identificó a la CMAD. También en Pinar del Río existió un pequeño
imperio radial: el de Columbio Rodríguez, que integró con cuatro radioemisoras:
CMAD, CMAR, CMAL y la más poderosa, la
CMAB.
Pero ya se abría la
cadena occidental de radio, con la
CMAS fundada el l de octubre de 1957, propiedad de Manolo
Iglesias y Erasmo Cabrera, para convertirse en una fuerte opción radial para el
municipio de Pinar del Río y zonas adyacentes; porque lo de cadena sólo quedó
en los propósitos al no poder materializar su enlace con la CMAC de San Cristóbal y la
instalación de repetidoras en Guane y Guanajay, como tenían previsto. En esta
época las radioemisoras surgían, desaparecían, se trasladaban y volvían a
aparecer en nombre de un sólo objetivo: vender, obtener ganancias a toda costa.
Es indudable que la
provincia de Pinar del Río no quedó rezagada en el desarrollo del medio radial.
Hasta 1959 había fundado nueve radioemisoras, incluyendo aquéllas que se
asentaron en el territorio actual de la provincia de La Habana. No obstante, no
escapó a la tendencia en la proliferación de una radio vinculada más al negocio
que a las necesidades de información, educación y recreación de las grandes
masas. De ahí las profundas zonas de silencio, fundamentalmente los territorios
montañosos y rurales, con menor nivel económico.
En total las
repetidoras de Cadena Azul (después CNC), CMQ y Radio Progreso, sumaban 3 000 W
en antena, lo suficiente para dar servicio a la ciudad capital de la provincia
y zonas adyacentes. ¿Y el resto de la población?
En 1962 comenzó el
reordenamiento de la radiodifusión en la provincia de Pinar del Río. Al
finalizar 1963 transmitían tres emisoras locales: CMAS, CMAC de San Cristóbal y
Radio Artemisa. De la antigua CMAS cadena occidental de radio surgió la cadena
provincial, que hoy transmite con 29 000 W en amplitud modulada por los 990 khz
y 300 W en frecuencia modulada por los 90,5 MHz.
El nombre de Radio
Guamá fue adoptado en 1969 a
partir de una encuesta popular. Se rendía homenaje al fundador Francisco
Martínez Rodríguez, que durante la tiranía de Fulgencio Batista tuvo que salir
hacia el exilio en México y desde allí transmitió de forma clandestina a través
de una frecuencia que se captaba en Pinar del Río, con el nombre de Radio
Guamá.
En la década de los
noventa del pasado siglo se sumaron los estudios municipales, que han actuado
como corresponsalía de la radio provincial y nacional. Actualmente existen
repetidoras de las emisoras nacionales: Radio Rebelde, Radio Progreso, Radio
Reloj, Radio CMBF y Radio Enciclopedia, con potencias suficientes para dar
servicio a toda la provincia y algo más.
Actualmente la
provincia emite su sonido radial desde la confortable y bella instalación de
Radio Guamá. También se suman Radio Sandino, y a partir del 12 de septiembre de
2004 Radio Minas, en el municipio de Minas de Matahambre.
Radio Sandino fue inaugurada
el 10 de octubre de 1981 para atender el territorio más occidental y ser la voz
de los miles de estudiantes de esa zona. No podía pensar entonces que, veinte
años después, volvería a la joven radioemisora para constatar que Xiomara
D'Celis de la Maza
y Raquel Fajardo Jorge constituían en el presente un testimonio vivo de aquel
inicio de la radio en el municipio más occidental de Pinar del Río. O que Noemí
Balmaseda, la jovencita que conocí en 1987 mientras esperaba el ansiado
galardón que premiaba todos sus desvelos durante el primer Festival de Radio en
Sandino, era hoy una de las mejores directoras de programas de la provincia.
Al presenciar la
emisión de «Acontecer», un programa totalmente en vivo, llegué a la bella
conclusión que Radio Sandino se ha convertido en una red radial a través de la
cual las voces del pueblo, de los barrios, comparten y hacen público sus
problemas. Son protagonistas de la obra diaria de la vida: «El servicio de la
fotografía presenta serias dificultades... En el hospital de la localidad se
encuentra... y la doctora que lo atiende les brinda el estado del paciente...
Las personas con giros telegráficos son... La venta de pan comenzará a...»
Sin duda Radio
Sandino, desde la cola del querido caimán, es una verdadera radio comunitaria
al servicio de un territorio que tiene más de cuarenta mil habitantes.
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