
De regreso en Cuba, su progenitora lo contaría así: “Aquí la
bandera es algo que uno asocia con los organismos, con la escuela, etc., pero
ese hijo que yo traje de vuelta se llevó de aquí dos banderas cubanas y todas
las noches tenía la misión de doblarlas. Desde mucho antes de enfermarse, y por
la noche la recogía y la doblaba como se hace oficialmente. Se añora mucho la
patria”.