Después de varios meses en Canadá él no ha logrado
acostumbrarse a su nueva vid. Claro, en la high
school no es bien visto ser muy aplicado en las clases, de hecho es todo lo
contrario. Allí son más populares con las chicas quienes sobresalen en los
deportes o los rebeldes sin causa. Varias veces se ha preguntado qué es él ¿cubano o canadiense? Solo antes de irse
a dormir él ilumina un tanto sus incertidumbres, gracias a su mamá que persiste
en una tradición muy particular.
De regreso en Cuba, su progenitora lo contaría así: “Aquí la
bandera es algo que uno asocia con los organismos, con la escuela, etc., pero
ese hijo que yo traje de vuelta se llevó de aquí dos banderas cubanas y todas
las noches tenía la misión de doblarlas. Desde mucho antes de enfermarse, y por
la noche la recogía y la doblaba como se hace oficialmente. Se añora mucho la
patria”.