Tomado de http://visiondesdecuba.com
Una
pareja de recién casados, era muy pobre y vivía de los favores en un
pueblito del interior. Un día, el marido le hizo la siguiente propuesta a
su esposa:”Querida yo voy a salir de la casa. Voy a viajar bien lejos,
buscar un empleo y trabajar hasta tener condiciones para regresar y
darte una vida más cómoda y digna. No sé cuanto tiempo voy a estar
lejos; sólo te pido una cosa: que me esperes y mientras yo este lejos,
seas fiel a mí, pues yo te seré fiel a ti”. Así, siendo joven aún,
caminó muchos días a pie, hasta encontrar un hacendado que estaba
necesitando de alguien para ayudarlo en su hacienda.
El joven llegó y se ofreció para trabajar y fue aceptado. Pidió hacer
un trato con su jefe, el cual fue aceptado también. El pacto fue el
siguiente: “Déjeme trabajar por el tiempo que yo quiera y cuando yo
encuentre que debo irme, el señor me libera de mis obligaciones. Yo no
quiero recibir mi salario. Le pido al señor que lo coloque en una cuenta
de ahorros hasta el día en que me vaya. El día que yo salga, usted. me
dará el dinero que yo haya ganado.”
Estando ambos de acuerdo, aquel joven trabajó durante 20 años, sin
vacaciones y sin descanso. Después de veinte años, se acercó a su patrón
y le dijo: “Patrón, yo quiero mi dinero, pues quiero regresar a mi
casa.”
El patrón le respondió:
“Muy bien, hicimos un pacto y voy a cumplirlo. Sólo que antes quiero
hacerte una propuesta, ¿está bien?. Yo te doy tu dinero y tú te vas, o
en cambio del dinero te doy tres sabios consejos y te vas. Si yo te doy
el dinero, no te doy los consejos y viceversa. Vete a tu cuarto,
piénsalo y después me das la respuesta.”
Él pensó durante dos días, buscó al patrón y le dijo: “QUIERO LOS TRES CONSEJOS”
El patrón le recordó: “Si te doy los consejos, no te doy el dinero.”
Y el empleado respondió: “Quiero los consejos”.
El patrón entonces le aconsejó:
1. “NUNCA TOMES ATAJOS EN TU VIDA. Caminos más cortos y desconocidos te pueden costar la vida.
2. NUNCA SEAS CURIOSO DE AQUELLO QUE REPRESENTE EL MAL, pues la curiosidad por el mal puede ser fatal.
3. NUNCA TOMES DECISIONES EN MOMENTOS DE ODIO Y DOLOR, pues puedes arrepentirte demasiado tarde.
Después de darle los consejos, el patrón le dijo al hombre: En gratitud a tu servicio y a tu sabia elección quiero darte estos TRES PANES: dos para comer durante en viaje y el tercero es para comerlo con tu esposa, cuando llegues a casa”.
El hombre, entonces, siguió su camino de vuelta, de veinte años lejos
de su casa y de su esposa que él tanto amaba. Después del primer día de
viaje, encontró una persona que lo saludó y le preguntó: “¿Para donde
vas?”
Él le respondió, “Voy para un camino muy distante que queda a más de veinte días de caminata por esta carretera.”
La persona le dijo entonces: “hombre, este camino es muy largo. Yo
conozco un atajo con el cual llegarás e n pocos días”. El hombre,
contento, comenzó a caminar por el atajo, cuando se acordó del primer consejo. Entonces, volvió a seguir por el camino normal. Días después, supo que el atajo llevaba a una emboscada.
Después de algunos días de viaje, y cansado al extremo, encontró una
pensión a la vera de la carretera, donde poder hospedarse. Pagó la
tarifa por día y, después de tomar un baño, se acostó a dormir.
De madrugada se levantó asustado con un grito aterrador. Se levantó
de un salto y se dirigió hasta la puerta para ir a donde escuchó el
grito. Cuando estaba abriendo la puerta, se acordó del segundo consejo. Regresó y se acostó a dormir.
Al amanecer, después de tomar café, el dueño de la posada le preguntó
si no había escuchado el grito y él le contestó que sí lo había
escuchado. El dueño de la posada le preguntó: ¿Y no sintió curiosidad?.
Él le contesto que no. A lo que el dueño le respondió: Ud. es el
primer huésped que sale vivo de aquí, pues mi único hijo tiene crisis de
locura; grita durante la noche y cuando el huésped sale, lo mata y lo
entierra en el quintal?. El joven siguió su larga jornada, ansioso por
llegar a su casa.
Después de muchos días y noches de caminata, ya al atardecer, vio
entre los árboles humo saliendo de la chimenea de su pequeña casa.
Caminó y vio entre los arbustos la silueta de su esposa. Estaba
anocheciendo, pero alcanzó a ver que ella no estaba sola. Anduvo un poco
más y vio que ella tenía sobre su regazo, un hombre al que estaba
acariciando los cabellos.
Cuando vio aquella escena, su corazón se llenó de odio y amargura y
decidió correr al encuentro de los dos y matarlos sin piedad. Respiró
profundo, apresuró sus pasos, cuando recordó el tercer consejo.
Entonces se paró y reflexionó y decidió dormir ahí mismo aquella noche y
al día siguiente tomar una decisión. Al amanecer, ya con la cabeza
fría, él dijo:
NO VOY A MATAR A MI ESPOSA. Voy a volver con mi patrón y a
pedirle que me acepte de vuelta, sólo que antes, quiero decirle a mi
esposa que siempre le fui fiel.” Se dirigió a la puerta de la casa y
tocó. Cuando la esposa le abrió la puerta y lo reconoció, se colgó de su
cuello y lo abrazó afectuosamente.
Él trató de quitársela de encima, pero no lo consiguió. Entonces, con lágrimas en los ojos le dijo: “Yo te fui fiel y tu me traicionaste…
Ella espantada le respondió, “¿Cómo? Yo nunca te traicioné. Te esperé durante veinte años?.
Él entonces le preguntó, “¿Y quién era ese hombre que acariciabas ayer por la tarde? Y ella le contestó, AQUEL HOMBRE ES NUESTRO HIJO. Cuando te fuiste, descubrí que estaba embarazada. Hoy él tiene veinte años de edad?.
Entonces, el marido entró, conoció, abrazó a su hijo y les contó toda
su historia, mientras su esposa preparaba la cena. Se sentaron a comer
el último pan juntos.
DESPUÉS DE LA ORACIÓN DE AGRADECIMIENTO, CON LÁGRIMAS DE EMOCIÓN, él partió el pan y al abrirlo, encontró todo su dinero: el pago por sus veinte años de trabajo.
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