Autora principal: M. Sc. Dianelys Hernández Díaz
Coautora: M. Sc. Carmen de las Nieves Ramos García
Colaboradora:
M. Sc. Nidia Echevarria Bustamante
RESUMEN
El presente trabajo constituye un acercamiento al
tema de la entonación desde el punto de vista conceptual, con el fin de ofrecer
una actualización de los aspectos fundamentales sobre el tema y demostrar la
necesidad de impulsar su estudio en los diferentes espacios educacionales,
desde un enfoque discursivo, con ejemplos concretos del habla y no a partir de
esquemas repetidos sin la debida revisión teórica de los recientes postulados.
La génesis del estudio parte de la falta de
publicaciones actualizadas sobre el tema
para el uso de investigadores, docentes, periodistas, locutores y otros profesionales necesitados
de abundar en este aspecto de los estudios lingüísticos que constituye un
aspecto esencial en la cultura de todo hablante. En la sistematización se tuvieron criterios
de autores clásicos y criterios actualizados de autores cubanos y las normas
emitidas por la Real Academia
de la Lengua Española
en el año 2011.
Palabras-clave: entonación/ discurso/ habla/ tonema/
TITLE:
AN APPROACH TO THE SUBJECT OF INTONATION: SPEECH LANGUAGE
Authors:
M. SC. Dianelys Hernández Diaz
M. Sc. Carmen de las Nieves Ramos
García
M. Sc. Nidia Echevarria Bustamante
ABSTRAC
This paper is an approach to the subject of intonation
from the conceptual point of view, in order to provide an update of the
fundamental aspects on the topic and demonstrate the need to promote its study
in the different educational spaces, from a discursive approach, with concrete
examples of speech and not from schemas repeated without the proper theoretical
review of the recent postulates.
The genesis of the study based on the lack of
publications updated on the subject for the use of researchers, teachers,
journalists, broadcasters and other professionals in need abound in this aspect
of the linguistic studies which is essential in the culture of every speaker.
In the systematization were criteria of classical
authors and Cuban authors updated criteria and the rules issued by the Royal
Academy of the Spanish language in the year 2011.
Key
words: intonation / speech / speaking / tonema /
“El diálogo no es un acuerdo, es un acorde”.
Octavio Paz
“En la
conversación y en el discurso y más aún en la lectura, lo ordinario es oír
formas de entonación inexpresivas e incoloras, o rudas y desaliñadas,
producidas con ausencia de todo conocimiento respecto a esta delicada materia”[1]. Esta
aseveración de Tomás Navarro Tomás, a pesar del tiempo, todavía mantiene
actualidad.
El tema de la
entonación es uno de los menos atendidos y de los más desprovistos de
bibliografía para su estudio en profundidad en las diferentes instituciones
destinadas a la formación de profesionales de las carreras humanísticas. Sin
embargo, está demostrado que no se penetra enteramente en el dominio de una
lengua mientras no se conoce la intimidad de su entonación. De ahí la necesidad
de profundizar en el estudio del tema para reforzar el conocimiento de la
lengua española y sus potencialidades expresivas.
La preocupación
por los estudios fonético-fonológicos es antiquísima. Los gramáticos más
antiguos ya hacían alusiones a la relación entre música y palabra. Quintiliano
consideraba la escritura como una manera de notación musical. En la literatura
renacentista fue tema repetido “(…) como signo de la posición del hombre en el
concierto y la armonía que sustenta el mecanismo del mundo.”[2]
Con el desarrollo
científico y el decursar del tiempo, los
teóricos han definido la entonación, desde el punto de vista perceptivo, como
una suma de variaciones en el tono, la intensidad y la duración de los sonidos
de un enunciado.
Si bien las
manifestaciones concretas de la lengua han sido asumidas como objeto de estudio
por muchas escuelas, empezando con Ferdinand de Saussure (1857-1913) y su
dicotomía lengua / habla, los estudios de entonación en el español, con
frecuencia, siguen un enfoque basado únicamente
en la descripción físico-acústica del fenómeno entonativo.
En estos casos se
desatiende el análisis de su valor fonológico en muestras de diferente
tipología discursiva y el comportamiento de la curva melódica durante la producción
del pretonema y el tonema, lapso final a partir de la última vocal acentuada
del grupo fónico.
Tales métodos de análisis, centrados en el
componente físico-acústico, han sido calificados como reduccionistas por
considerar el tratamiento del fenómeno entonativo, únicamente a partir de la
descripción de las curvas aisladas, tomando como ejemplos dos o tres actos de
habla (enunciación, interrogación y exclamación), fura del funcionamiento real.
Para el fonetista español, Antonio Quilis, la
entonación es “(…) la encargada de unir los sonidos del habla. Pueden aparecer
enunciados sin forma gramatical, pero no sin entonación”.
Además, señala que cumple “(…) la función
lingüísticamente significativa, socialmente representativa e individualmente
expresiva de la frecuencia fundamental en el nivel de la oración (…) y uno de
los recursos comunicativos elementales de la lengua»[3].
Al establecer este concepto, Quilis considera que la entonación es un prosodema
que utiliza las variaciones de frecuencia del tono fundamental para desempeñar
una función lingüística a nivel de oración. Al respecto, resalta las funciones
que realiza la entonación en la lengua, considerando entre ellas: la función
distintiva, la demarcativa y la fiscalizadora.
Según la Real Academia
Española (RAE), “(…) la lengua utiliza
la
función
distintiva de
la
entonación
cuando modifica el
significado gramatical de los enunciados
que
emite, y es responsable
de
la
asignación de
configuraciones estables a las modalidades entonativas
fundamentales, como, por
ejemplo, la aseveración o
la
interrogación. La función distintiva es la que cumple
la entonación al garantizar la distinción de significados, a partir de su valor
fonológico. “En la secuencia María lee un libro, que puede
realizarse como María || lee un libro o como María lee || un libro según la
intención del hablante”[4].
La organización de la información contenida en los enunciados se corresponde con la función demarcativa,
que
proporciona indicaciones sobre
la distribución
de
la
información, puesto que el hablante divide el discurso en unidades melódicas
para que el
oyente
pueda segmentarlo e interpretarlo con facilidad.
“Finalmente,
el locutor emplea la
función fiscalizadora cuando quiere jerarquizar la información contenida en el enunciado y llamar la atención
del
oyente
sobre un determinado segmento,
así permite jerarquizar las
distintas informaciones de los enunciados”[5].
Quilis
también asevera que con Tomás Navarro Tomás comienza una importante etapa en el
estudio del elemento primario de la cadena hablada, y pondera los trabajos de
este investigador afirmando que, los manuales surgidos en este dominio después
del de Navarro, son un resumen o una prolongación.
En su Manual de
Entonación Española, Navarro plantea: «La frase no ofrece sentido concreto
mientras no recibe una forma tónica determinada. Cualquier frase por simple que
sea encierra potencialmente un fecundo contenido ideológico capaz de múltiples
efectos. La entonación lógica indica la parte o porción de dicho contenido,
realizada o actualizada en cada caso por la intención de la persona que habla»[6].
Teniendo en cuenta el final de la unidad de entonación, distingue cinco tonemas
fundamentales:
-Tonema de cadencia: terminación grave, a unos ocho
semitonos aproximadamente por debajo de la línea del cuerpo del grupo.
-Tonema de anticadencia: terminación alta a cuatro o
cinco semitonos por encima del cuerpo del grupo.
-Tonema de semicadencia: terminación descendente,
menos grave que la de la cadencia, a tres o cuatro semitonos por debajo del
cuerpo de la unidad.
-Tonema de semianticadencia: terminación menos alta
que la de anticadencia, dos o tres semitonos sobre el nivel medio de la unidad.
-Tonema de suspensión: Terminación en el mismo nivel
que el cuerpo del grupo. Aunque la uniformidad tónica no sea matemáticamente
exacta, su impresión es la de una interrupción de la voz sin elevación y
descenso apreciables.
“El tonema final
constituye el eje vertebrador de la melodía
y
suele ser
el
soporte del
valor
expresivo del enunciado. Además, el tonema final es la parte del patrón
melódico que más
variaciones presenta
por
lo
que puede afirmarse
que
el valor expresivo de la entonación
depende, en gran
medida,
de
las
características de la
inflexión final que
confiere carácter fonológico
al enunciado”.[7]
Los movimientos
de tono son las unidades descriptivas más elementales en el análisis de la
entonación. Al hablar, el tono de voz no es constante, cambia con subidas y
bajadas para expresar información, porque no es lo mismo enunciar, preguntar y
exclamar, como se ve en:
1. Enunciado:
Llueve.
2. Pregunta: ¿Llueve?
3. Exclamación: ¡Llueve!
El
signo tiene una determinada intensión y una determinada extensión según el
sujeto que lo use y su finalidad comunicativa.
En consonancia
con esto, las modificaciones del tempo medio varían al acelerarse o retardarse,
dado el interés del hablante al ponderar o enfatizar el aspecto emotivo. Según la Real Academia de la Lengua Española (2011), “se acepta como
principio general
que la modalidad
exclamativa existe como una modalidad oracional más”.
En este volumen se acota que la
entonación destaca la
función
del hablante como elemento
indispensable
del
acto
de
comunicación. A la vez, aparecen referencias a la necesidad de tomar en
cuenta la situación comunicativa concreta al estudiar los actos verbales o actos
de habla.
Con respecto a la frase enunciativa, es de señalar que “
(…) algunos autores han
propuesto que la frase enunciativa española consta
regularmente de una rama tensiva y otra distensiva. La primera reclama la atención del oyente y se produce
en un tono más alto, y la segunda, que se produce después del punto culminante, donde se separan las dos ramas, se produce en un tono descendente.
Los enunciados enunciativos de más extensión (con más de dos acentos y
pronunciados en una
sola
unidad
melódica)
pueden
ser
más variados
en
su configuración tonal”.
[8]
Aunque se ha observado que
el
fenómeno de
la
declinación
responde a un
mecanismo automático
de
la
producción del
habla, actualmente
se sabe
que los
diferentes grados de declinación están directamente controlados por el hablante
y, en algunos casos,
son indicativos de la modalidad
oracional.
En español, por
ejemplo, las oraciones enunciativas suelen
presentar escalonamiento descendente,
las
preguntas
reiterativas
o
preguntas de eco se
caracterizan por una línea tonal
prácticamente uniforme o incluso ascendente; mientras
para expresar la incertidumbre se usa un tipo
de
entonación que los expertos llaman aseveración dubitativa. Estos enunciados
se caracterizan por una modulación final que consta
de un movimiento ascendente,
alineado con
la
última sílaba acentuada;
sigue un
movimiento
ondulante descendente y una
inflexión continuativa
final alineada
con
las
sílabas postónicas
finales, que
se
alargan considerablemente.
En cuanto a las exclamaciones, la Academia hace referencia
al
movimiento circunflejo, el cual aparece explicado por Navarro
Tomás en su Manual, donde afirma: “Las manifestaciones más intensas y características
de la inflexión circunfleja se producen en la entonación exclamativa”[9].
Además, los académicos consideran que las
construcciones exclamativas, a pesar de la existencia de aspectos generales
y
comunes a las distintas variedades del español, vinculados a la modalidad aseverativa con matiz exclamativo, el carácter
marcado y enfático
de tales
expresiones, se presta fácilmente
a
la
aparición
soluciones
propias de cada dialecto y a veces de cada grupo social.
Al mismo tiempo asevera
que en determinados grupos hispanohablantes, la comunicación
de
ciertas
características expresivas tiene como
efecto
melódico el incremento general de la altura tonal de los enunciados exclamativos.
Desde el punto de
vista fonético, las exclamaciones poseen un refuerzo articulatorio,
distinguible por el aumento de cantidad e intensidad en las sílabas fuertes y
con una ostensible variación de movimientos de la curva tonal, peculiares según
los sentimientos que se expresan: alegría, tristeza, reproche, aprobación,
duda, sorpresa, y otros.
Atendiendo
los requerimientos pragmáticos de la súplica o el ruego se evidencia que una de
las características fónicas más llamativas del ruego es la eliminación de
cualquier incremento de esfuerzo articulatorio. Tales objetivos pragmáticos
poseen correlatos melódicos específicos, que permiten al hablante y al
interlocutor ponderar la fuerza o vehemencia del ruego. La configuración
específica del tonema de las expresiones empleadas para expresar una súplica,
parte de un nivel tonal un poco superior al común, para luego ir descendiendo.
La abundante explicación que ofrece
la publicación académica apunta en todo momento hacia el análisis discursivo
que atiende lo semántico desde el objetivo pragmático del hablante, según su
contexto lingüístico y sociocultural.
Por otra parte, la investigadora cubana M. Curbeira,
plantea que “(…) la entonación constituye un sistema formado por una serie de
subsistemas. Existe una relación de sistema central y sistemas periféricos que
actúan entre sí. En el sistema central aparecen las funciones eminentemente
lingüísticas (distintivas y delimitadoras). Son los aspectos de la entonación
que, en su interacción con el resto de los medios de expresión, originan
valores comunicativos.
Los sistemas periféricos (modal, social, estilístico y
geográfico) son aquellos que están marcados porque presentan peculiaridades de
un grupo social y regional, tienen un valor eminentemente estético o se
identifican con un grupo profesional”. [10]
Un criterio de especial interés, resulta el emitido por la
entonóloga cubana Raquel García Riverón (2005), quien constituye un pilar en los
estudios sobre el tema. Esta autora ha profundizado en los estudios de la
entonación a partir de la interacción de los diferentes medios de expresión
lingüísticos y extralingüísticos.
Teniendo en
cuenta el modelo de la Escuela Cubana de Entonación, hay que señalar que el mismo
propugna el estudio del suprasegmento entonativo a partir de métodos de
análisis cualitativos (delimitación de su funcionalidad o valores
comunicativos), que permitan segmentar las unidades de entonación que emergen
en los diferentes discursos. Esta segmentación atiende a su capacidad
distintiva y significativa en el sistema y en interacción con el resto de los
medios de expresión -lingüísticos y no lingüísticos- que participan en la
oralidad.
De modo que el
significado de una unidad de entonación está codificado socio-culturalmente. El
hablante lo memoriza y es capaz de interpretarlo al percibir la curva en sus
diferentes interacciones, dado que la lengua es un sistema dinámico complejo. Es
importante señalar, que la entonación debe ser analizada sobre bases
semántico-pragmáticas, y no como fenómeno acústico (melódico) solamente.
Por último, relacionado con esta visión que privilegia
el enfoque semántico-pragmático de los contornos entonativos, hay que revisar
los planteamientos de teóricos foráneos como Bolinger, para quien la entonación
constituye un fenómeno que incluye un aparato gestual que opera de acuerdo a la
emoción que embargue al sujeto-hablante.
En cuanto a las limitaciones que tiene la aplicación
de este modelo, García Riverón (2005) ha planteado que cuando el objetivo es
definir el sistema de la entonación, «no son suficientes los modelos (…) que limitan
la indagación a fragmentos o partes mínimas que no permiten ver la dialéctica
de los fenómenos, sobre todo si se tiene en cuenta que estas partes responden a
niveles de más simplicidad estructural»[11].
Agrega Riverón:
«Entonces la investigación de la entonación con criterios autosegmentales queda
en las posturas reduccionistas y mecanicistas de la modernidad por el
desacuerdo ontológico y epistemológico del modelo con la esencia del objeto en
que se aplica la visión foránea adoptada”. [12]
A partir de los
diferentes estudios y los fundamentos de la praxis, se puede tomar en cuenta
que cada individuo utiliza la lengua en un sin fin de situaciones y con los más
variados objetivos. En consecuencia, para los estudios del habla es preciso indagar
en las características comunes que existen en la gran diversidad, y en las funciones generales subyacentes, para intentar
establecer las categorizaciones funcionales que operan en el sistema.
No se trata de
una tarea fácil, sobre todo cuando se investiga aspectos del discurso oral que,
tradicionalmente, ha sido considerado caótico, sin forma ni estructura. Las
relaciones intersubjetivas inherentes a la comunicación introducen una gran
pluralidad de relaciones de tipo humano, viables, gracias a la lengua que funge
como marco institucional. Aunque esta modalidad comunicativa es diversa y rica
en matices, está demostrado que el lenguaje oral no es
"inestructurado" ni "superficial".
Los esquemas son
muy perjudiciales a la hora del análisis del habla, es preciso captar la
intencionalidad comunicativa del hablante, las relaciones de los grupos fónicos
dentro del contexto dialógico, su especialidad y temporalidad, atendiendo a las
circunstancias de producción, en consonancia con su saldo semántico.
En este punto
vale subrayar la importancia y la necesidad de incorporar procedimientos del análisis del discurso, que propicien el
estudio del suprasegmento entonativo a partir de métodos de análisis
cualitativos que propone la
Escuela Cubana de Entonación, según la cual se deben
analizar las unidades de entonación que emergen en los diferentes
discursos. La lengua, el sistema,
deviene discurso en la actividad comunicativa, y no de puede abstraer de esta.
Actualmente, existe un amplio caudal científico para emprender los
estudios lingüísticos desde postulados teóricos novedosos, sin despreciar los
precedentes. En este sentido, son de vital importancia los estudios de García
Riverón, además de las publicaciones de Curbeira Palomo (2002); Gil (2007);
Llisterri (2008); entre otras con perfil compilativo o didáctico que aportan
enfoques de interés para los estudios del habla en el ámbito de la enseñanza de
la lengua materna.
En Cuba, los estudios lingüísticos son particularmente significativos dada
la particularidad de ser un país multirracial y monolingüe, lo que se
fundamenta en la función de la lengua española durante el proceso de
consolidación de la cultura y la nación. Con este acercamiento a los estudios
sobre la entonación se pretende subrayar la necesidad de ahondar en el tema y el
cuidado de la lengua maternaentre cubanas y cubanos.
BIBLIOGRAFÍA
Alarcos Llorach, E.: Fonología Española. Ed. Gredos,
España, 1964.
Aguado Iglesias, Juan C.: Algunas consideraciones sobre las estructuras
fonológicas de la lengua en la Educación
Primaria”, en revista Órbita Científica, Universidad de las
Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona”, 15 (55), ISBN: 1027-4472. La Habana, 2009.
Cantero,
Francisco José: Teoría y análisis de
la entonación, Edicions Universitat de Barcelona, España, 2002. (ISBN:
84-8338-301-2)
Cubeira, M.: Estudio
descriptivo de la entonación en el habla popular de la ciudad de Guantánamo.
Tesis doctoral. 2002.
Figueroa Esteva, M., Grados de
abstracción en fonética y fonología. Su importancia teórico–metodológica, En
Anuario L/L #19, Instituto de Literatura y Lingüística, Academia de Ciencias de
Cuba, 1983.
García Riverón,
Raquel (1979-1980): «El grado de suposición de las interrogativas españolas y
sus medios de expresión» en Anuario
L/L, número 10-11, 51-92pp, Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de
Cuba, 1979-1980.
———: «En torno al
Atlas lingüístico de Cuba» en Anuario
L/L, número 14, Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de
Cuba, 1983.
García Riverón et al. El sistema de entonación del español de Cuba.
PHONICA, vol. 6, 2010 24
Jiménez Valdés, A., Fonética y Fonología
Españolas, Ed. Pueblo y Educación, La
Habana, 1986.
Navarro Tomás, Tomás.: Manual de entonación española. Edición
revolucionaria, La Habana,
Cuba, 1966.
Pérez Bello, Teresa. (comp.): Fonética y fonología españolas. Editorial
Pueblo y Educación, La Habana,
Cuba, 2013.
Quilis, A. Tratado de fonología y fonética españolas, Madrid, España,
1968.
Roméu Escobar, Angelina. (comp.): El enfoque cognitivo-comunicativo y
sociocultural de la enseñanza de la lengua y la literatura. Ed. Pueblo y
Educación, La Habana,
Cuba, 2007.
RAE: Fonética y Fonología. Consideraciones generales Real Academia de la Lengua
Española, 2011.
Valdés Bernal, Sergio.:
Antropología lingüística, Ciencias Sociales, La Habana, Cuba, 2009.
[1] Navarro Tomás, Tomás. (1966) Manual de entonación española. Edición
revolucionaria. La Habana
P. 215
[2] Navarro Tomás, Tomás. (1966) Manual de entonación española. Edición
revolucionaria. La Habana
P. 17
[3] Quilis, A. (1993) Tratado de Fonología y fonética españolas. Ed.
Gredos, Madrid, España. Pg. 377.
[4] ___ (2011) Fonética y
fonología. Cuestiones generales. Edición Real Academia de la Lengua Española. Versión
digital.
[5] ___ (2011) Fonética y
fonología. Cuestiones generales. Edición Real Academia de la Lengua Española. Versión
digital.
[6] Navarro Tomás, Tomás. (1966) Manual de entonación española. Edición
revolucionaria. La Habana
P. 68.
[7] Navarro, T. O.C P. 70
[8] --- : (2011). Real Academia
de la Lengua Española
[9] Navarro, T. O.C P.223
[10] Cubeira, M. (2002)
Estudio descriptivo de la entonación en el habla popular de la ciudad de
Guantánamo. Tesis doctoral. P. 29.
[11] PHONICA, vol. 6, 2010 García Riverón et al. El
sistema de entonación del español de Cuba. Edición digital.
[12] PHONICA,
vol. 6, 2010 García Riverón et al. El sistema de entonación del español de
Cuba. Edición digital.
No hay comentarios:
Publicar un comentario